Intenso y muy agresivo

Y después de una desaparición por el blog, facebook, cityville, badoo, y demás lugares cibernáuticos que diariamente frecuento, actualizo y engancho… he vuelto a tener este momento de amor, entre el portátil y yo, momento de… no tengo NADA mejor que hacer, o simplemente es lo que MÁS apetece, al menos hoy. He dormido unas doce horas del tirón (no sé hace cuanto no lo hacía y no por falta de tiempo, sino porque no duro tanto en posición horizontal desde hace años), y aunque estoy despierta, mi cuerpo está en fase de recuperación, por eso, hoy cero de deporte…

Ha sido un fin de semana alargado, muy intenso, agresivo, surrealista, de mucho de todo, risas, nuevos camaradas, comidas, sexo, conocer personas nuevas, conciertos de los míos, entrepierna, BarcelóCola, labios, Sierra madrileña, novio celoso, despedida de la Unidad, afonísmo severo, perderme en pleno Toledo profundo, orgasmos, lagos congelados, amigas de la infancia flipando porque una de las suyas “super hetero” las descolocaba liándose conmigo, ir detrás de tractores con remolques de estiércol, besos con lenguas bailando, casi 2000 kilómetros conduciendo en carretera, con escasas horas de dormitar, baños, el coche con la casa dentro, conseguir el nuevo disco de Izal (forrado de tiritas de dibujos) firmado por él dedicándoselo a bella para animarla, guerra de agua y jabón, mordiscos, horas y horas entre sábanas, cerveza, asistencia a un juicio como público, marcas en el brazo, lagunas, entradas de cine para ver “Primos” intactas, comiendo al volante, tomar un vermouth en Talavera con mi amigo infante en un desvío bajando a mi pueblo, más surrealismo… y es que no puedo resumirlo de otra forma, los detalles de estos días serían tanto que necesitaría el día entero para hacerlo, y creo que las No ganas son recíprocas. Por lo que la “idea” es lo que cuenta, y es que no podía ser otra cosa lo que me tuviera tan alejada (o “desaparecida”)… de hecho ayer, sentía el mítico bajón, ya fuese por el infinito cansancio que llevaba arrastrando, o por la intensidad de los días, o por lo que me encantó estar con ella… “han sido como unas minivacaciones en una cabaña de madera con vistas al mar, antes de regresar a la realidad principal”, también conocer a tanta gente en tan poco tiempo, que tanto mereciese la pena, volver a los cubatas y que no tuviera ningún resultado nefasto para echar en cara.

En cinco días, con media casa en el coche metida, vuelvo a la carretera rumbo al sur, el martes (por fin) comienza mi nueva etapa, otro lugar de trabajo, rodeada de campo, de nada, con la mayoría de gente no conocida, con la Feria y la S.Santa a la vuelta de la esquina (mi hígado está yendo a terapia de pensar en la que le espera…) y creo que Sevilla también está empezando a notar el miedo al ver que se acerca mi llegada… (ilusa, ni sabe lo que le espera, o a mí, jajaja).


p.d. os dejo, que me queda mucho por hacer en Cityville (y al nuevo enganche Monster World….)