Me ha soltado eso y se ha desconectado. Tal vez me agobia que no me agobie, pasar de decir “buenas noches” y “buenos días” con un polvo, a dormir sin echar de menos el sexo viendo una película que la hizo llorar (que me hizo llorar en su día, que Patricia no sabe porqué lloraba, que mi madre no entendió porque la llamé y estuvimos cuarto de hora al teléfono sin ganas de colgarla, que a mi no me gusta repetir películas….). Mi tercera 1906 me esta convenciendo, que no pare, que siga bebescribiendo, y yo que no tenía ganas de hacerlo… pero imagino que es como todo, una vez que “te pones”, te pones, ya sabéis a lo que me refiero.
Cuando llevo más de novecientos actos de rascarme en lo que va de día (puto sarpullido corporal que me tiene como una vampira), vuelvo a pensar en ella, se asoman los porqués, el intento de buscar algo, y no son sus gafas en ese pub de alterne donde fijo las perdió en el baño, cada cual más pedo, cada una más caliente que la otra, tan perdidas, tan dejada de ella y viceversa, pero con taquicardias cuando pienso en la palabra “nosotras”, o cuando simplemente no pienso… vértigos absurdos a causa de aburrimiento impuesto, de bloqueo mental, de tener dos libros sin leer y no tener ganas, ni siquiera de terminarme esta cerveza, de que me vuelvan a follar hasta las entrañas, de volver a llorar por una flor con nombre propio, por no pronunciarlo en Mayúsculas, por no reengañar al corazón cuando vuelva de su viaje sabático… que todo sigue explotado de mierda pero con un clítoris nuevo y un olor a desodorante de hombre (no tiene porqué asustarse, sólo es un desodorante).
[Nils Lofgren – Keith Don’t Go]
……. que me pongan esta canción en un próximo polvo, que yo pondré la alfombra roja y las fresas.
p.d. He dicho (escrito, disculpad).
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