Llegó como un día de verano en pleno mayo, de estos en los que pica el sol, y no te atreves ni alzar la vista para retarle… traía unas maletas llenas de miedos y onomatopeyas, de reproches e inflexiones, de abrigos y pañuelos usados, de libros a medias y verdades enteras…
- no entiendo a que viene esto ahora…
- Gracias por cambiar los muebles de sitio, pero quiero otros diferentes, otras paredes sin techo, otros rincones, otras baldosas, otro felpudo… y lo más importante, otra persona que no eres tú.
Lo dejo todo en el umbral de la puerta, como si fuera a quemarse al poner un pie dentro, o mejor dicho… descomponerse, porque quemada ya estaba.
p.d. ah, y se fue.
(me gusta demasiado esta canción).
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