Una vieja farola parpadeaba sin parar amenazandp con apagarse, era un viejo callejón, como cualquier otro callejón de Madrid a esas horas. De vez en cuando se cruzaban con algun hombre que bajaba a pasear al perro, madres que subian a sus hijos a casa recien llegados del parque, incluso grupitos de adolescentes que volvian a casa para madrugar mañana, y todos, casi todos, quizá o tal vez, se quedaban mirandolas intrigados por el morbo de su momento.
Pero les eran indiferentes, tan solo existian ellas para ellas, los labios de Jenni se perdian por el cuello de Sara, dibujando una linea semi recta desde la yugular a la frente con su lengua, finalizando el recorrido con un beso. Sara no dejaba de respirar al compás de sus latidos, susurrandola frases que nunca escribió, que jamás la dijeron, ni siquiera el tio más borracho de cuantos se habia tirado.
- Sí, me he enamorado de ti ...
- ... y creo que el mundo es un poco menos malo porque existes ...
Sara sonrió sin miedo en arcoiris, tal vez por primera vez en mucho tiempo o por siempre, se abalanzó sobre los carnosos labios de Jenni, un beso seminfinito e indefenidamente atemporal, tan embriagador que casi la seca la saliva, la aorta y las encias, rozando el cielo de su boca ...
mientras, sus manos se perdian bajo su falda, rozando sus ingles, acariciando su entrepierna y muy tiernamente su alma ... el cielo parecia envidiarlas mandando alzarse el viento en ese preciso momento ... pero ellas ... a ellas nada les importaba ...
p.d. en momentos así ... ¿que más da que se caiga el cielo?
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