De cruzar caras o caras en cruz

Coqueteo con el cáncer de hígado a diario, sentada en un tresillo de madera vieja y asiento de espuma, con manchas de cerveza hasta en las alpargatas. Sin buscarle sentido a nada, sin querer hacerlo, simplemente pasa, pasa y sigue pasando… como el segundero, si fuera él ya estaría mareada, y acabaría vomitando en el 3 hasta el 9, rezando porque no se termine la pila, para no ahogarme con mis heces bucales en el 11. Y es que lo pero de sentirse así, es no saber porqué sentarte, cuando tendría más explicación no abandonar la posición horizontal sacándote la lengua para que no me pueda asfixiar con ella. Este otoño me sabe a invierno, tal vez por el viento, o por la falta de besos, o por no chupar tu saliva ni restregarme contra tus pezones… ¿ven? para ello sí que tengo respuestas, ebrias, pero respuestas, con un color rojo anaranjado que asusta, como cortarte el dedo con un folio, o como enterrarte viva en un ataúd a cinco metros bajo tierra.



p.d. me duele tanto la espalda, que cambiaría mi cruz por tu cara.