Como un gato que mira por la ventana

Hoy no hay chica pintada a mano frente a mi (de hecho no hay nadie, pero mejor, así puedo estirar las piernas), no está ni cerca la cafetería para seguir bebiendo cruzcampo en lata por 2€, no hay sol que se folle mi pantalla…. me han puesto al lado de la ventana, con un ejecutivo experto que lleva entre manos un móvil, una agenda de las antiguas y un libro “El buscador de sueños”, ninguna chica alegradora de viajes alrededor, pero si miro a mi izquierda me pierdo………. entre cables, vías de tren como si no hubiera mañana, un cielo está dispuesto a derrumbarse en cualquier momento, tan gris como su verdad (está de más decir su nombre). De mientras sigo con Tulsa, y el nuevo de Jarabe de Palo, hoy me desperté con él y me ha mantenido de buen humor toda la mañana. Pero esta lata se acaba… y lo peor de los viajes largos en tren, es que la ventana tiene un gran contra… molestar al de al lado cuando quieres ir al wc pffff, y aunque dos horas y media no son “nada”, aguantarte pesa.

Esta noche promete darme miedo, desde que pise Atocha, no va haber momento kitkat, va a ser un no parar continuo hasta por lo menos la mañana siguiente…y ya tengo ganas de dormir, pero son de esta mañana, en cuanto me beba tres cañas y vea al personal, será otra historia…..aún así, como a partir de Córdoba se jode la cobertura del pincho, intentaré dormir algo… o terminar en la cafetería, aunque me da vergü cruzar tres vagones… no me gusta cuando la gente mira indiferente.

Tengo poco más que contar, simplemente me encantan las vistas, cuanto menos melancólicas…….y frías, falta la lluvía que no se hará esperar, fijo. Ah, y ayer no le dieron la quimio a mi madre, defensas bajas, por lo que irá el 10 otra vez… no hay fallo.





p.d. el tacto de la lata entre mis yemas… es como una paja, la sé apreciar porque enfrían la calefacción a tope y derrochada cuando veo una chica fácilmente apreciable, y no puedo tenerla entre ellas.