Pensamientos a más de 40º (¡normal!)

Ayer, la mujer de mi jefe de oficina durmió fuera por un Servicio que todos tenemos en ese trabajo… hoy, él ha llegado con un sueño equitativo al mío. Yo con mi "inocencia” innata, le pregunté si fue por la niña pequeña que tienen, y acto reflejo romántico pensé.. o porque “durmió sin su mujer”, para mi sorpresa, él contestó “será porque dormí sin mi mujer”; y yo por dentro sonreía tontamente, pensando “ que bonicos “, y es que son relativamente jóvenes, ella tendrá dos años más que yo, y él siete u ocho… (es decir, que no son como las parejas de “antes”, ni como algunos de vuestros padres), me refiero a que son de mi generación, que llevan diez años o más y se tienen un amor… que yo dejé de creer hace tiempo.

Pero leo a Moccia, y ese “amor” regresa, y viajo a mis quince, a mis diecisiete y a mis veintiuno… al porqué de mi “vergüenza amorística”, a mis nervios antes de verla pero mi indiferencia cuando la veo, a llegarme donde está, a quince minutos de mi casa en bici a las cuatro de la tarde con los cuarenta y pico grados que gastamos en Utrera… pero sin rechistar (miento, rechistando, porque es mi forma de dar las buenas tardes)… paso la tarde a su lado (sin tocarla pero a su lado), entre chapuzones, conversaciones banales, tonterías de cinco años (yo, no ella, las suyas son de once… jajaja), juegos de cartas que su generación a perdido… y como meta para este verano le propongo leer (de ahí el Kindle que le regalé ayer, con más Carita de tonta que la de Marwan) y saber jugar al ajedrez (aunque para ello… tengo que conseguir piezas y tablero).

El caso es que… me convertí en una neoromántica (o romántica rezagada), digamos que hay detalles que no se me ven hasta que los hago… aunque me dé vergüenza, porque “no me pega”… y yo pienso, no me pegará ahora, porque cuando tenía su edad… es otra historia. Pero las personas no pasan en balde por nuestras vidas, y muchas de ellas te hacen ser albañil, arquitecta, fontanera y hasta cardióloga-informática… o al revés, pero es lo “bonito”, que a pesar de lo sufrido/vivido, quien te vive “así”, debe sentirse afortunada… porque le has dejado y ha tenido el oxígeno necesario para bucear por tus grietas y túneles, por tus subterfugios y tus disfraces… para descansar en cuevas internas con agua cristalina, para bailar si quiere y sino… apoyarse en la barra conmigo para piropear al mundo o bebérselo de trago y ver quien cuida a quien de vuelta a casa.

“.. tú tienes que estar con ella media noche, para intentar convencerla que estarías con ella una vida y media…”




p.d. … (a la imaginación).