Me encantan los días así… una cosa, increíble.

Estoy sentada en el asiento del copiloto, con el tope al máximo, y casi recostada. Mientras observo a los miles de mosquitos y sus putas madres chocando contra las ventanas, si saliera fuera del coche podría no volver…. mi mirada más de una vez se ha perdido en el fin de la carretera o en el triángulo rojo que he puesto a………… no se cuantos pasos del coche, simplemente espero a la grúa con la BSO del tutitutitutitu… de las luces de emergencia, y devorando uno a uno los M&M’s de la bolsa de 400g que había comprado como provisión en el Lidl de Arahal. Y es que “llegando” a casa, aún estoy a cien kilómetros de ella, el acelerador no funcionaba, he parado, y ahora no arranca, ante todo calma, siempre puede ser peor. Podría ser invierno, días más cortos, en lugar de mosquitos… no sé, otra cosa que esté despierta en invierno. Y aunque está anocheciendo, me encuentro en fase de shock, no sé si intentando canalizar “esto”, intentando seguir con mi no-pensamiento, o no sé. Porque para colmo, no tengo cobertura en el Orange, ni internet Vodafone (suerte que poseo otro móvil con el que he podido avisar a mi madre y a la grúa, con el que voy hablar de todo y de nada con Yolanda para no pensar, o hacerlo, pero de otras cosas).

(el párrafo de antes fue escrito ayer…).

A las dos horas vinieron a por mi y a por el coche de mi madre, el conductor de la grúa me dejó en la gasolinera de Fuencaliente, y ahí un taxi me trajo hasta casa… unos 120 kms, suerte que para estas cosas esté el seguro. Llegué a las 12 de la noche, me duche, comí sopa, ultimé con Yol y caí rendidísima en la almohada. Un día demasiado largo…

Hoy me lo he tomado en plan…… reláx, esta mañana he aprovechado el sol y la buena temperatura que hay en Ciudad Real, me fui con la vieja MB a dar la vuelta de calentamiento, y creo que lo hice en tiempo record. Tal vez por el exceso de emoción, al saber que ha ocurrido otra “señal” (que Yol, se encabezona con llamar “coincidencia”, maldita ciencia..). Recibo un mensaje, preguntándome qué libro de Bukowski no había leido o no tenía, inmediatamente escribí El capitán salió a comer y los marineros tomaron el barco, el libro más filosófico de él, del que llevo detrás casi tres años…a pesar de haberlo leido. Me contesta al acto, para decirme que justo es el que tenía entre manos, que buscando uno de Dostoievski, se le fue la vista para la balda de arriba y le llamó la atención ese título, que ya lo había comprado y todo, mi cara, importante. Y esta es una “anécdota” más sobre las “coincidencias” que no cesan de ocurrir y a mi ya me está dando miedo, evolución de preocuparme… pero todo fluye, y todo llega, con una sonrisa indudable y algo idiota.




p.d. esta tarde toca tour de documentales, películas VO y recuperación de la herida o quemadura que me hice el otro día al intentar cruzar un charco-laguna con la MB, obviamente me pegué una buena ostia y llena de barro hasta los frenos.