Escuchando Nunca más Bruselas,
como si los acordes de Andrés fueran a desaparecer mañana
como si ella fuera a venir,
a cogerse dos buses,
hacer autostop,
subir el primer piso de la pensión,
y tocar la puerta como si me acariciara el corazón,
sin impaciencia ni ansiedad,
con saber estar, con dulzura y tranquilidad
como sabe ser ella…
porque sabe que la abriría sin problemas,
sin dudas, sin un “¿quien es?”
digamos que la esperaría,
como quien espera que le toquen su canción
a golpe de cuerda en guitarra
(cosa cuasimposible).
Supe desde el segundo cero que elegir Cedeira
como destino y compañía solo de mi misma
no iba a ser un error, ni horror,
confié en Andrés como ninguna tía confió en él
posiblemente,
y me vine convencida, que después de esta “tontería”
me tocaría viajar a Bruselas
o si alguna de ellas viaja,
decirla…. es “nuestra” canción
porque aquí he hecho el amor
he tenido orgasmos mentales
me he sentido libre y miedosa
segura y niña
agradecida y deshuidiza
sin tener temor a nada, excepto al bosque
apreciando y disfrutando cada momento que uno de mis pies
indiferentemente
pisaba alguna rama
algún terreno embarrado
evadiendo abejas salvajes
y saltando tréboles de tres hojas…
He estado en acantilados
en la Cala Sonrisa (creerme, existe, y es mi cala desde hoy)
he sonreído sin más
sin piropos
y me he cagado en mi misma,
por no ser precavida
por no pasarse la noche el móvil cargando
un móvil que me pidió una vigésima de veces que le diera enchufe
hasta que terminé en una ermita, con una cruz más alta que yo
(no es muy difícil)
con una virgen tallada, pero según la veías,
detrás de ella estaba el mar abierto
con el último acantilado de fondo…
seguí sobrepasando esa línea para visualizar mejor la altura desde donde estaba
y al girarme, en esa misma cruz, estaba Cristo
con una inscripción…
tres horas más tarde me adentré en un bosque de helechos y eucaliptos
deseando llegar al Faro de Cedeira, y lo conseguí
con más miedo que penurias
y más humedad que troncos derribados,
pero eso es otro episodio.
Simplemente nos separan 965kms yendo por la A-6 y la A-66,
simplemente vi una cruz en medio de un camino
simplemente en lo alto de un acantilado
simplemente esa cruz hablaba de un suicidio hace casi veinte años
simplemente tengo ganas de abrazarla y que no se vaya
simplemente que me deje Rojitas las orejas
con o sin bajo, le daré las gracias por el:
”No voy a volver a esperarte en la cama
con el miedo del vuelvo solo y no tengo almohada.
No voy a volver y otra vez suplicarte
que te quedes en casa con el miedo a tocarte.”
p.d. sé que volveré a Cedeira, y a reincidirla.
No hay comentarios:
Publicar un comentario