En un ticket

Leerás con prisa el mensaje del móvil, nada más sentarte en el asiento del copiloto, haciendo el mismo caso de siempre, ninguno.

-----------------------                 ----------------------                 ------------------------

- Corre que llegamos tarde. – mientras te colocas la mochila entre las piernas y yo la tristeza detrás de las gafas de sol.

- ¿A donde?

- No empieces… ¿donde va a ser? al pabellón, ¿no recuerdas que tengo partido? – mientras me miras tranquilizando ese fracaso diario que se ha convertido en tu vida.

- ….. ah, creía que era a perdernos, al fin del mundo, a cinco minutos de aquí apago el coche y empezamos a usar lo que decimos, a bebernos a mordiscos, hartarnos de miradas mandarinas, poner el freno de mano lejos de aquí, ansiarnos….


Oigo un portazo que me hace callar… miedo, miedo infinito, miedo de girar 115º el cuello y ver que no estas físicamente. Me quito las gafas, y logro arrancar el coche temblando, mis ojos se pierden en el retrovisor mientras me alejo, y la tristeza se descoloca, se expande, se pierde en mi… mientras ella se esta subida en otro coche que me adelanta. Su-vida, sí. Y yo no estoy en ella.



p.d. escrito en el ticket del McDonalds, esperando en Sans, esperando al tren… acordándome de ella, como un tsunami, siempre.